No hay lugar como el hogar

Cami llegó al taller con un libro que quería compartir con todos: La casa interminable, de Martín Blasco y Mima Castro.

Nos gustó tanto que enseguida nos pusimos a imaginar y crear nuestras propias casas interminables.

Así diseñamos unas casas muy especiales: con cuarto para gatos, cuarto de muñecas, una pieza con cinco trampolines, una pileta en lugar de bañera, un cuarto de música lleno de instrumentos y hasta pista de baile, y también una sala de luces, una pieza de rayas, una de puntitos y otra de corazones.

 
Y como nos encantó esta historia, fuimos a la biblioteca a buscar otros cuentos de casas.
¡Y encontramos dos que nos fascinaron!
Un lugar cómodo, cómodo, de Didí Grau y Elba Rodríguez. 

Y La casa que quería un sol, de Mojka Osojnik. 

De Roald Dahl a la golosina ideal

El viernes le dedicamos el encuentro a la obra de un grande: Roald Dahl.
Comentamos algunos de sus libros, sus particularidades y su estilo único.

Después leímos algunos fragmentos de "Charlie y la fábrica de chocolate" y, claro, nos dieron muchas ganas de disfrutar de algunas golosinas. Mmm...

Cada uno eligió una, y saboréandola poco a poco, practicamos cómo describir sabores, texturas, sensaciones y todo lo que les provocaba comer esa golo.

Y para terminar, cada uno, inventó y describió su golosina o postre ideal. ¡Unos verdaderos Willys Wonkas!

Susurradores

(Hay que leer esto como si fuera un secreto, acérquense bien...):

Hoy fue una tarde de hermosos poemas y susurros en Rato Libro.